viernes, 30 de abril de 2010

Crítica a ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS (2010)



Tim Burton, uno de los directores más asquerosamente bohemios y artísticamente sobrebalorados del panorama cinematográfico actual, está decidido a hacer una caricatura de si mismo. No le vasta con copiar una y otra vez a Jean Cocteau, por poner un ejemplo, sino que se copia a si mismo, y cada vez peor.

Si Charlie y la fábrica de chocolate no era lo suficientemente empalagosa, nunca mejor dicho, Alicia en el país de las maravillas pasa de empalagar a directamente provocar arcadas.
Eso sí, la película a batido el record de recaudación en salas 3d en un primer fin de semana, lo que demuestra nuestra sensatez como espectadores.

Si os interesa algo más similar al espíritu de Alicia en el país de las maravillas, podrías echarle un ojo a Phantasmagoria, de Marilyn Manson, si no fuera porque el proyecto está parado por falta de financiación y solo podéis ver un trailer que ni tan solo os voy a mostrar por temas de derechos de autor, así que a joderse.

Quieranme.

jueves, 15 de abril de 2010

No al cierre de Webs



Yo no es que esté a favor de la piratería, pero tampoco estoy a favor de la delincuencia. La piratería es delito, sí, pero robar también lo es. Existe algo llamado presunción de inocencia. Nadie es culpable hasta que se demuestre lo contrario, de modo que ¿Porqué tenemos que pagar un canon, o lo que es lo mismo, dinero adicional, al comprar un CD?

Hay ciertas personas que se basan en la presunción de culpabilidad como norma. Nadie es inocente hasta que se demuestre lo contrario. Y aún así, aunque demuestres ser inocente, tendrás el trato del peor de los reclusos. Dicen que es mejor prevenir que curar, pero si alguien consume marihuana sin receta medica está cometiendo un delito. Esto sería equiparable al canon.

Alguien que compra un disco duro, a de pagar una medicina a su supuesta enfermedad, la enfermedad de ser un delincuente, y esta enfermedad parece ser que es una pandemia de la que nadie es inmune y que además, es incurable. De modo que los doctores del copiright deciden que no sirve una vacuna, no, has de seguir un tratamiento, y aquí no existe la seguridad social.

No solo es un servicio privado, es decir, de pago, sino que es obligatorio. Pero ahí no acaba la cosa, sino que ademas de todo este tratamiento, digno de un enfermo de cáncer, existe la posibilidad de ser seleccionado para una terapia de choque, a la que también se le puede llamar multa o sanción. ¿que ocurre? Que está cura no es ni siquiera un placebo, es que es una cura, que no cura, porque según los expertos, siempre estaremos enfermos, más aún, nadie morirá de viejo, moriremos de piratería.

Todos somos tan libres como independientes de lo ajeno, pero muchos tenemos la posibilidad de expresarnos por Internet. Internet, tal y como lo conocemos ahora, es lo mas cercano a la democracia en los países desarrollados. Pero los doctores del copiright, quieren tener la libertad de llegar a nuestras casas virtuales y no solo echarnos de ellas, sino cerrar el paso a todo el mundo.

Yo solo soy una pequeña pieza en esta cadena. Os pido que os unáis como un eslabón más, contra el cierre de webs, porque la libertad de uno termina donde empieza la del otro, difundáis el mensaje, y consigamos hacer que esta pelota sea cada vez más grande. Para que cuando llegue el capullo que quiera cerrarnos la boca, podamos coger entre todos esa pelota, metérsela por el culo, gravarlo en video, colgarlo en youtube, y ponerle de fondo la música de la muerte tenía un precio.

Quiéranme.

sábado, 3 de abril de 2010

El final de Perdidos (LOST)



Cuelgo este video siendo plenamente consciente de que caducará el mismo día en que se emita el último episodio de Perdidos.
Una vez aclarado esto, paso a explicaros como será exactamente el episodio final de la que ahora mismo es la serie de moda.

Por mucho que os pese a los seguidores, está serie también es caduca. Y no solo me refiero a que un día terminará, sino a que dentro de 25 o 30 años, dejará de formar parte del imaginario colectivo. Para ser, como mucho, un fugaz recuerdo en la mente idiotizada de un cincuentón, en un futuro recargado de información audiovisual repetida, con trajes de falsa modernidad e incoherencia formal.

Perdidos sufre de lo que yo llamo efecto tirachinas. Podríamos decir que la goma elástica es el argumento, y la piedra que vamos a lanzar, es el recuerdo. Todos sabemos que cuanto más estiras de la goma, más lejos llega la piedra. Pero en este caso, la persona que decide cuanto hay que estirarla tiene demasiada fuerza, podríamos decir que la fuerza es igual a avidez económica.

Y el encargado de estirar de ella se ha dado cuenta de que está a punto de romperse, de modo que ha decidido empalmar la goma a diferentes materiales, algunos elásticos, y otros simplemente sirven para aumentar su tamaño, pero el angulo del tirachinas, o las expectativas iniciales, continúa teniendo el mismo tamaño que al principio.

De modo que cuando llegue el último episodio, y suelten la goma, esta no tendrá la ergonómica necesaria para pasar correctamente por el centro del tirachinas, de modo que la piedra se golpeará con esté y volará algunos metros en un recorrido rápidamente ascendente pero inevitablemente descendente asta chocar con el olvido.
Está claro que siempre habrá alguien que pasee por ese lugar y de una pequeña patadita a la piedra, pero está no será más que eso, una piedra.

¿Como será el final de perdidos? Imaginad que cada día vais a un restaurante diferente, pero os ponen demasiada comida y nunca llegáis a acabaros el plato, de modo que siempre os lleváis las sobras y las guardáis en la nevera. A final de mes no tenéis dinero y solo os quedan las sobras de las comidas anteriores, de modo que decidís meterlo todo en una sartén y cocinarlo con una pizca de oregano que lo unifique.
A algunos les parecerá delicioso y a otros verdaderamente vomitivo.

Resumiendo, y para los capullos que no tengan la capacidad mental necesaria para entender una simple metáfora. El final de perdidos será un conjunto de supuestas justificaciones envueltas en una revelación global digna de la diarrea de un habitual de la comida rápida.

Quiéranme.